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Eduardo Gómez - La Tribuna de Ciudad Real.es - lunes, 20 de abril de 2015

El Manzanares vence en Ciudad Real, a pesar de jugar con uno menos 45 minutos, en un duelo de rivalidad provincial que tuvo de todo (0-1) El Manzanares se adjudicó (0-1) un derbi que tuvo de todo y que mantiene intactas sus opciones de disputar la fase de ascenso. Todo ello a costa de un CD Ciudad Real que tendrá que seguir sufriendo para sellar su permanencia y que fue incapaz de aprovechar una superioridad numérica que se prolongó durante 45 minutos. Con cierto aroma a antaño, al duelo entre capitalinos y manzanareños no le faltó de nada. Expulsiones en el campo y en el banquillo, un penalti, un jugador que tiene que ponerse de portero y detiene la pena máxima, ocasiones, protestas y polémica arbitral. El mayor oficio y cuajo como equipo del Manzanares le permitió sobreponerse a la rigurosa y tempranera expulsión de Raúl Castillo para tumbar a un Ciudad Real que no aprovechó un ramillete de buenas oportunidades, aunque en superioridad nunca impuso un dominio absoluto y con el marcador en contra tiró más de corazón que de cabeza. Era un derbi con muchísimo en juego para los dos equipos y eso se notó sobre el campo ya desde el inicio. Esta intensidad se tradujo en acciones polémicas que pronto indignaron al conjunto visitante. La primera de ellas en el minuto 5, cuando el Manzanares reclamó un penalti sobre Moraga y que de alguna forma fue preparando el terreno para lo que iba a venir después. En el 16 se reclamó otro penalti sobre Kevin, que vio la amarilla por presuntamente simular su caída. Pero sin duda, todo cambió en el minuto 21. Con el balón parado en la banda derecha del ataque manzanareño dos excompañeros, Carlos Ramos y Raúl Castillo, fueron los protagonistas. El delantero visitante tocó con la mano el rostro del defensor local, que se fue al suelo. El colegiado, muy cerca de la acción, no lo dudó y mostró la roja directa al ariete, que fue a encararse con Ramos tremendamente enfadado, mientras a su vez el árbitro mostraba el camino de los vestuarios al técnico franjiblanco, Guillermo Alcázar. El entrenador de Pozuelo hizo un primer amago de marcharse entre gritos de «es impresionante», pero se dio la vuelta y mostró toda su rabia antes de retirarse visiblemente molesto. Una actitud por la que se mostró arrepentido y por la que pediría disculpas a la finalización del choque. Con 70 minutos por jugarse, evidentemente el choque quedaba totalmente condicionado por esa decisión arbitral. Alberto Parras, entrenador local, no lo dudó y movió piezas. Retiró al central juvenil Víctor para dar entrada a un hombre veloz e incisivo de banda como Eimard. Bajó a Noel al eje de la zaga, Juanfri pasó al medio centro y Crístofer se colocó de segunda punta. Sin embargo, fue el Manzanares el que la tuvo en un lanzamiento de falta de Pirri, que se estrelló por fuera en el palo. Dos disparos desviados de Juanfri y una gran acción de Rafi, que falló en la definición, fue su bagaje ofensivo. toma y daca. Tras la reanudación, Parras quiso refrescar el ataque, dando entrada a Sevilla por un desacertado Crístofer. El Sevilla del Manzanares también entró en el campo en sustitución de Kevin. Respondió Parras con otra vuelta de tuerca, cambiando a Luis Campos por Miguel, que entró de lateral izquierdo, subiendo la posición de Fleky. Entretanto, las mejores ocasiones fueron para Juanpe, que remató desviado por poco de tacón un saque de esquina, y para Moraga, con un disparo raso atajado por Belmonte. El Ciudad Real no encontraba la fórmula para elaborar juego y ciertamente no se sabía qué conjunto jugaba con uno menos. Hasta que en el minuto 65 volvió a llegar la polémica, cuando el colegiado anuló un tanto de José Carlos a instancias del asistente tras un rechace de Belmonte. Y sin solución de continuidad era Eimard el que remataba fuera de cabeza un saque de esquina. El choque estaba en su momento clave y un fallo entre Juanfri y Noel en el minuto 67 permitió que el balón le llegase a José Carlos, que dribló a Belmonte y el portero ciudadrealeño no tuvo más remedio que derribar al atacante. Penalti y expulsión. Con los tres cambios hechos, Fleky tomó la responsabilidad de ponerse de portero y detuvo la pena máxima lanzada por Pirri. Pero en el saque de esquina posterior Sevilla aprovechaba un barullo para marcar y los evidentes problemas de Fleky en su nueva demarcación. Pudo empatar el Ciudad Real en el minuto 76 en una cabalgada de Eimard, que falló en la definición. Con las fuerzas al límite, Rafi y Eimard no resolvieron otro barullo, mientras el Manzanares tampoco lograba sentenciar a la contra. Ya en el 90 Noel remató alto una gran internada de Miguel. Al final, 0-1 y explosión de alegría para un Manzanares que sigue vivo en su lucha por el play off y condena al sufrimiento al CD Ciudad Real.